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viernes, 20 de mayo de 2011

Dejenlo Trabajar!







Era para quedarse estupefacto ver aquella infinidad de edificios impecables, parejitos, tan bien pintaditos, hileras tras hileras de ellos que se perdían en el horizonte. Y con razón el jefe se mostraba orondo, orgulloso, satisfecho. Aguzaba la mirada y se recreaba en los balcones, las terrazas, los amplios ventanales, los jardines con esa yerba verdecita. 
       

 Seguramente en ese momento se hacía la misma pregunta que nosotros: ¿Cómo pueden hacer los chinos esas maquetas tan bonitas? El anuncio comenzó por 7 mil viviendas, subió a 40 mil y ya va por 50 mil, nada más para Ciudad Tiuna. Eso es seguro.
¿No fue anunciado en cadena nacional? Entonces no pela. Eso va. Ahora, en todo el país serán dos millones de viviendas en apenas seis años. Y según el cálculo del supremo hacedor serán 120 mil por año. Eso es seguro.
¿No lo dijo el jefe? Entonces no falla. Nooo, sí falla porque seis por cero es cero, seis por dos, doce, y pongo el dos, seis por una seis y una que llevo siete. Eso da 720 mil viviendas en media docena de años. O sea que nos va a quedar debiendo 1 millón 280 mil viviendas para el 2016. ¿Y qué querían ustedes? Alguna vez en la vida se tenía que equivocar.
Además, séase también indulgente con quien nos debe tan poquitas cosas. Nos debe la Ciudad del Acero. Está bien, pero eso es fijo. Yo vi el anuncio por televisión.
No sé ustedes. También nos debe ­¡pero va!­ la Ciudad del Aluminio. Esos son 18 mil hectáreas y 18 millones de los verdes.
Nada, si a ver vamos. Problemitas siempre hay, pero para mí eso es un clavo. Eso no pela, mano, eso va. Gente acuciosa dice por allí que nos debe la Ciudad de la Madera y la Ciudad del Indio. Cónchale, hay gente que se acuerda de unas cosas.
Pero dado que fueron anunciadas en un acto del jefe, con un gentío encorbatado y otro más enfranelado de rojo, yo creo que eso va. Mire, júrelo que eso va, como irá la refinería para Barinas. ¿Usted cree que eso no va?. ¡Noo, sí va, sí va..!
No han soldado una plancha, no se ha enroscado un tornillo, pero por mi madre... no, mejor por la de otro, que eso va. A ver, nos debe también el Criogénico Cacique Nigale ¡Tremendo criogénico, compadre! Todavía no hay señas ¡pero es que tiene que ir!
¿Cuándo el hombre nos ha quedado mal, hombres de poca fe? ¡Claro que va! Como irá ¡el Puente Nigale sobre el Lago de Maracaibo! Bueno, miren, ese va, por ese relámpago del Catatumbo que nos encandila que ese va. Es verdad que tiene cierto retraso porque fue anunciado en el 2005.
Ajá, ¿y por qué no esperar otros seis añitos? Hagan un esfuerzo: cierren los ojos y oigan como cruza raudo hacia Punta Iguana el tren interestatal ¿Dicen que no lo oyen? ¡Coño, pero hagan un esfuerzo! Si no sienten el zumbido de ese moderno ferrocarril es porque le están buscando hueso a la mazamorra. No me vengan con eso porque ese fue un anuncio del jefe.
Es más, se puso la primera piedra, que, bueno, sí, ya hubo que repararla mientras se ponen la segunda y la tercera, pero eso va. ¡De bola que va! Tremendo puente, primo, con un túnel submarino y un techo transparente para viajar viendo nadar los bocachicos y la lemna, color de la esperanza, y aquellas islas artificiales que son una belleza.
El jefe no se ha olvidado de su promesa. Textualmente: ¡Será un puente mollejúo! Lo voy a repetir con todas sus letras para mejor entendimiento de incrédulos, escépticos y odiosos mamadores de gallo que nunca faltan: MO-LLE-JÚ-O.
Eso dijo y si él lo dijo, eso va, ese compromiso está más vigente que nunca. No pela. No se ha hecho, pero no será por falta de reales porque, vengan acá, ¿qué son 75 millones de dólares? ¡eso es un pelo! Y con esa lemna que tan hermosamente vetea el lago se hará una cooperativa para producir alimentos para animales. Por la Chinita que eso va. Todo va.
La estatua de Bolívar hecha por Oscar Niemeyer y montada en el Guaraira Repano ¡va! El Guaire descontaminado y cristalino como cuando Guaicaipuro ¡va! La base aeroespacial de Guasdualito ¡va! El eje fluvial OrinocoApure ¡va! Esto es una cosa linda. No sé porqué, bendito sea Dios, ahora le ha dado a los encuestólogos por decirnos que la relación de las masas con el jefe es erótica-religiosa, y no sé que más, que la mayoría se inclina por escoger amor y no gestión.
¿Por qué son tan mezquinos? ¿Es que no ven las obras? Está bien, no se han hecho ¿pero eso qué tiene que ver? El neo-furor por la construcción dará sus frutos. Ya tenemos uno, las dos mil y tantas horas de cadena nacional. Confíen en que todo se hará ordenada y eficientemente como en el País de los Girasoles, donde laboran Bob, el constructor, y su asistente la bella Wendy, quienes con vecinos y amigos, y sus maquinarías y herramientas que hablan solucionan los conflictos con el armónico trabajo en grupo. Aunque a veces surgen problemas debido a que Bob se olvida de mantener encendido el celular. O sea, que no oye.
Entonces, hay que decirle al jefe que no apague su "vergatario"... ¿Cómo dicen? ¿Que el "vergatario" no se halla por ningún lado? Ah, coño.. 


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