Follow: Frbarrios91

Instagram

jueves, 19 de julio de 2012

Cienciología, la iglesia más disparatada del planeta





La religión de las

EE.UU., tierra de oportunidades. Y de extravagancias. Como la cienciología, Iglesia y/o religión bizarra segundo al mando es Tom Cruise. Desde que un oscuro de ciencia ficción inventó cierta historia en la que se inspiraron, los cienciólogos, marketineados por estrellas como John Travolta, venden sus creencias a lo pavo. El lado oscuro: denuncias de suicidios, conspiración, falsificaciones, explotación financiera. Danger: para hacerse feligrés se exige la firma de un contrato por mil millones de años.  

Federico Kukso

“Había una vez, hace 75 millones de años, un emperador galáctico extraterrestre llamado Xenu que estaba encargado de 76 planetas en esta parte de la galaxia, incluyendo la Tierra, que por esos días se llamaba Teegeeack. Hasta que tuvo un problema: la sobrepoblación. Así fue como apiñó a 13,5 trillones de aliens en la Tierra, cerca de volcanes, y destruyó sus cuerpos con bombas de hidrógeno. Las almas o thetans que sobrevivieron fueron capturadas por las fuerzas de Xenu mediante lazos electrónicos y llevadas a cines donde les proyectaron películas con información falsa sobre Dios y el diablo. Confundidas, las almas se agruparon en los pocos cuerpos que habían sobrevivido a la explosión, que con el tiempo llegarían a formar toda la especie humana. Hoy, los actuales seres humanos vivimos con un cúmulo de thetans dentro de nosotros que incitan ideas falsas sobre la moral, el bien, el mal.”

Palabras más, palabras menos, el cuento pasaría rápidamente al olvido por horrible si no fuera porque su autor, el escritor estadounidense de ciencia ficción de poca monta Lafayette Ron Hubbard (1911-1986), lo ideó en 1952 como piedra fundamental de un culto, una secta, una religión cool y estrafalaria para conquistar el mundo: la cienciología (o cientología), que desde hace años se multiplica desde los EE.UU. y pasea en artículos periodísticos, libros y páginas web sin que el lector comprenda de qué demonios trata el asunto, la polémica, tanta agitación que la rodea.

A esta altura, más que una organización y una creencia, la cienciología –o “la religión de las estrellas”– es un discurso diluido en un folletín que se mantiene en pie por su presencia mediática y sus constantes embates en los rincones de internet.

Tal vez se deba al lugar de pertenencia de sus feligreses. A diferencia de los pastores evangélicos brasileños, los Hare Krishna, la teosofía, la secta Moon, el gurú Maharaj Ji, Sai Baba, Shoko Asahara y otros enlistables, la cienciología tiene mucho mejor marketing: los miembros del star system estadounidense, que se muestran siempre correctamente maquillados, con sus sonrisas de marfil, felices como bobos e hipermillonarios que la difunden como quien publicita un libro vacío, una película incongruente pero de alto presupuesto destinada a ser emitida un domingo a las dos de la tarde.

La Iglesia de la Cienciología, rechazada en Alemania y próxima a ser juzgada en Francia por “estafa como banda organizada”, no necesita una deidad con aspecto de abuelo. Para eso tiene a Tom Cruise, santo Tomás de Hollywood, que con los años dio un vuelco más que espectacular: de actor carilindo capaz de cargarse a los hombros un tanque hollywoodense pasó a ser su mejor y más fanático evangelizador, un ministro de propaganda, destrozado recientemente por el historiador alemán Guido Knopp, quien disparó a mansalva: “Tom Cruise es el Goebbels de los cienciólogos”.

SOMOS LA AUTORIDAD, LO SABEMOS TODO.
La acusación no fue lanzada al aire así porque sí ni después de oírlo desafinar en una repetición de Magnolia (1999). Vino justo después de que el sito web Gawker.com difundiera el 14 de enero de este año un video de adoctrinamiento grabado hace cuatro años para una reunión internacional de cienciólogos en el que se observa a Cruise defendiendo de modo ardiente sus creencias (se lo puede ver en http://tinyurl.com/yre7c6). Cruise dice: “Somos autoridades en sacar a la gente de la droga. Somos autoridades en la mente. Somos autoridades en mejorar situaciones. Si sos cienciólogo, cuando pasás junto a un accidente no sos como cualquier otro. Sabés que tenés que hacer algo porque sabés que sos el único que puede ayudar”. Cruise repite: “Podemos rehabilitar criminales y drogadictos. Caminar a la felicidad. Podemos traer la paz y unir culturas”.

De ingresar hace 20 años de la mano de su primera esposa, la actriz Mimi Rogers, para curar su dislexia (aunque la dislexia no se cure), Cruise, de 46 años, saltó a ser, según su biógrafo Andrew Morton, el segundo al mando de la Iglesia de la Cienciología, después del no tan célebre David Miscavige. Desde entonces hubo historias de castings para encontrarle nueva novia (Katie Holmes) y rumores de banquetes con placentas que fueron desmentidos por el entorno del actor una y mil veces. Flor de paradoja: ficciones –o no– propias de una religión de base ficticia inventada desde cero por un cultor de la ciencia ficción adorador de las space operas que tomó ideas del hinduismo vedanta, el budismo zen, el gnosticismo y el cristianismo, las metió en la licuadora y –finalmente– presionó “on”.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario